¡¡¡¡DEJA QUE TE TRANSFORME!!!!
Queremos nuevamente dedicar un tiempo en el día de
hoy para estar con Dios, para experimentar su cercanía, su amistad, su
presencia entre nosotros…Entramos en nuestro interior para conocernos más y para conocer mejor al
Padre…experimentamos la compañía de todos los que a nuestro alrededor, en
nuestros ambientes, en nuestra Familia, son compañeros de camino… Aquí estamos Señor…
venimos a “tratar de amistad contigo”… a escuchar tu Palabra… a ponernos en tu
presencia y dejar que tu actúes… que hagas…
Escuchamos la Palabra que hoy se dirige a
nosotras… dejamos que nos envuelva, nos metemos en esa escena… nos sentimos
protagonistas… esa historia, también es nuestra historia…
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS: (Lucas 7,
36-50)
“…Jesús entró en la casa y se sentó a la
mesa. Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que
Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de
perfume. Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a
bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y
los ungía con perfume…
Después dijo a la mujer: "Tus pecados te
son perdonados". Los invitados pensaron: "¿Quién es este hombre, que
llega hasta perdonar los pecados?"Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe
te ha salvado, vete en paz".
Así es el Señor: perdona todo, restaura todo. Ama nuestra
vida, la cuida y la restablece en las dificultades. Él nos colma de amor y
ternura.
Nos regala todo lo que podamos desear y mucho más.
No nos trata según nuestra debilidad, sino según su amor,
su ternura…
Él sabe bien cómo somos cada uno, conoce la debilidad de
nuestro barro, y, aún así, nos ama respetuosa y entrañablemente.
Disponte como barro en manos del alfarero, déjale que
moldee y haga un vaso nuevo,
Disponte, confía, reconoce con Teresa, agradece, reconoce...
1. Parece,
Señor mío, que descansa mi alma considerando el gozo que tendrá, si por vuestra
misericordia le fuere concedido gozar de Vos. Mas querría primero serviros,
pues ha de gozar de lo que Vos, sirviéndola a ella, le ganasteis. ¿Qué haré,
Señor mío? ¿Qué haré, mi Dios? ¡Oh, qué tarde se han encendido mis deseos y qué
temprano andabais Vos Señor, granjeando y llamando para que toda me emplease en
Vos! ¿Por ventura, Señor, desamparasteis al miserable, o apartasteis al pobre
mendigo cuando se quiere llegar a Vos? ¿Por ventura Señor, tienen término
vuestras grandezas o vuestras magnificas obras? ¡Oh Dios mío y misericordia
mía!, ¡y cómo las podréis mostrar ahora en vuestra sierva! Poderoso sois, gran
Dios. Ahora se podrá entender si mi alma se entiende a sí mirando el tiempo que
ha perdido y cómo en un punto podéis Vos, Señor que le torne a ganar. Paréceme
que desatino, pues el tiempo perdido suelen decir que no se puede tornar a
cobrar. ¡Bendito sea mi Dios!
2. ¡Oh
Señor!, confieso vuestro gran poder. Si sois poderoso, como lo sois, ¿qué hay
imposible al que todo lo puede? Quered Vos, Señor mío, quered, que aunque soy
miserable, firmemente creo que podéis lo que queréis, y mientras mayores
maravillas oigo vuestras y considero que podéis hacer más, más se fortalece mi
fe y con mayor determinación creo que lo haréis Vos. ¿Y qué hay que maravillar
de lo que hace el Todopoderoso? Bien sabéis Vos, mi Dios, que entre todas mis
miserias nunca dejé de conocer vuestro gran poder y misericordia. Válgame,
Señor, esto en que no os he ofendido…Recuperad, Dios mío, el tiempo perdido con
darme gracia en el presente y porvenir, para que parezca delante de Vos con
vestiduras de bodas, pues si queréis podéis.
CANTO FINAL
TODO POR JESÚS